En 1973, Israel tubo que hacer frente a un nuevo ataque asestado por los países árabes, la llamada Guerra de Yom Kipur, que tomó al gobierno y al país por total sorpresa. Si bien durante los meses previos a la guerra, fluyó abundante información de inteligencia que prevenía sobre los riesgos de un ataque combinado, el ejército quedó anquilosado en su preconcepto de que una guerra era de baja probabilidad, ufano todavía de su gran éxito en la Guerra de los Seis Días.
La parsimonia militar, confundió y contagió al Ejecutivo presidido por mí. Yo misma mantuve una reunión secreta en Jerusalén con el rey Hussein de Jordania, que vino especialmente a prevenir a Israel de la guerra ya inminente. Pero yo, dude de sus verdaderas intenciones. Sólo unas horas antes del estallido, decidií desoír a sus militares —el ministro de Defensa, Moshé Dayán, y su ministro y ex Comandante en Jefe Jaim Bar-Lev— y ordenó movilizar a las reservas, en una de las decisiones más dramáticas y cardinales de toda la contienda. Aun así, jamás me perdoné mi crucial aporte al fiasco: Deberé vivir hasta el fin de mis días sabiendo algo tan terrible, escribí en mi autobiografía.
Si bien Israel rechazó el ataque y respondió con una ofensiva victoriosa contra sus enemigos, que llevó a sus tropas a sólo 100 kilómetros de El Cairo, y que a la postre le permitió mantener todos los territorios ocupados en 1967, la guerra dejó una profunda e indeleble cicatriz en la sociedad israelí. Yo, desacreditada y vapuleada, consiguí ganar las elecciones generales de 1974, y me beneficié de las conclusiones de la Comisión Investigadora Agranat, que libró a todos los políticos de culpa y cargo, y endilgó todas las responsabilidades por el letargo israelí al Comandante en Jefe, David Elazar. Pero la opinión pública estuvo en desacuerdo: el informe de la Comisión no hizo sino alimentar una ola de protestas que fue incrementando en todo el país, y que me llevó a presentar mi dimisión poco después de mi reelección, el 11 de abril de 1974, siendo sustituida por Isaac Rabin al frente del Gobierno y del partido Laborista.